Crianza y familia

Tips para que los niños aprendan a ser pacientes

Te damos ideas para que tu hijo aprenda a ser paciente, un valor fundamental tanto en un mundo acelerado, como en uno en el que se ven obligados a estar en el mismo espacio por mucho tiempo. Segunda entrega de dos artículos sobre el valor de la paciencia.

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Uno de los valores que se aprenden en la casa y se refuerzan a lo largo de la vida es el de la paciencia: el que nos permite vivir tranquilos a pesar de las adversidades, de las situaciones que no nos gustan.

Te presentamos cinco ideas para que los niños aprendan a ser pacientes.

1. No resuelvas todo de inmediato

Si intentas no solucionar todos los problemas o dificultades de tu hijo, él aumentará su tolerancia a la frustración y eventualmente dominará los retos que se le presenten, según la especialista en desarrollo infantil Claire Lerner. 

Además de enseñarle a ser paciente a tu hijo, le ayudarás a ser resiliente, es decir, a ser capaz de superar las situaciones difíciles y transformarlas.

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Caso Práctico

 

Si tu hijo está armando un rompecabezas y se enfada porque siente que no es capaz, dile que entiendes que la situación puede ser frustrante y anímalo a intentar de otra forma. “Esta pieza puede encajar en otro espacio... ¿qué tal aquí?”.

Algunas actividades útiles para que tu hijo aprenda a desarrollar la paciencia y tenga experiencias de resiliencia son:

  • Colorear mandalas
  • Hacer figuras de origami
  • Aprender a bailar
  • Practicar artes marciales
  • Pintar 
  • Hacer figuras con plastilina, barro o cerámica

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2. Reconoce los pequeños avances

Una forma de trabajar el valor de la paciencia en tu hijo es reconocer, a través del diálogo en casa, cada paso que da en su proceso de aprendizaje. Así celebras sus esfuerzos y lo incentivas a avanzar.

Caso Práctico

 

Si tu hijo no le quiso prestar el balón a su vecino y se enojó, espera a que se calme y conversa con él sobre el valor de compartir. 

 

Si al día siguiente tu hijo sí le presta el balón a su vecino, así sea solo por unos minutos, cuando estén a solas en casa, puedes felicitarlo o decirle que estás orgulloso de él. 

3. Dale la oportunidad de aprender a esperar

Parte fundamental de aprender la paciencia son experiencias de espera, pues desarrollan en los niños la capacidad de entender que no todo lo que desean puede ocurrir cuando quieren.

Los juegos de mesa como el parqués o el ajedrez en niños más grandes, sirven como herramientas para aprender a esperar su turno.

De acuerdo con Pamela Druckerman, periodista y autora del best seller “Bringing Up Bébé”, la capacidad de espera se puede fomentar inventando una pequeña canción o haciendo muecas en el espejo, pues son formas de hacer de la espera un momento agradable.

Caso Práctico

 

Enseñarle una canción o un poema a tu hijo puede ser muy útil para que cante o recite en momentos de espera, como cuando tiene hambre y la cena aún no está lista, o cuando necesita algo de ti y tú solo puedes atenderlo en cuanto termines algún deber o actividad.

 

¿Qué canciones o poemas infantiles te sabes? ¿qué tal la historia de Rin Rin Renacuajo? ¡Seguro este poema entretendrá a tu hijo mientras espera!

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4. Posterga intencionalmente

Es importante que como padre encuentres oportunidades de aplazar momentos gratificantes para tu hijo con la intención de cultivar su paciencia y vencer la necesidad de la gratificación instantánea.

Caso Práctico

 

Si tu hijo quiere una mascota, puede que no encuentres razones para no regalársela ahora. Sin embargo, proponerle que espere la Navidad o su cumpleaños para dársela, puede fortalecer su paciencia.

5. Inculca el control de las emociones

Un potencializador del valor de la paciencia es la capacidad de regular las emociones o el autocontrol. Se trata de la capacidad de permanecer tranquilo pese a las emociones incómodas como la rabia o la angustia.

Por eso es importante que los niños aprendan a controlar sus emociones desde sus primeros años y a la vez cultivar la paciencia.

Caso práctico

Caso Práctico

 

Seguro te ha pasado: tu hijo quiere un dulce y tú no puedes comprárselo ahora. Empieza a llorar sin parar y a exigir que se lo des.

 

Esa es una oportunidad para enseñarle a controlar sus emociones. Puedes acercarte a él, decirle que entiendes que tiene rabia, que tú también la has sentido, y por eso sabes que la rabia no conduce a que los deseos se hagan realidad. Invítalo a la calma.

Así, cuando recupere su tranquilidad, puedes hablar con él y hacer acuerdos.

¿Te perdiste la primera parte de este artículo? Te explicamos por qué es fundamental que los niños aprendan a ser pacientes: Cómo cultivar el valor de la paciencia en los niños.


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