El tiempo en casa es una oportunidad de oro para trabajar la paciencia, el valor de permanecer tranquilos pese a las situaciones difíciles, como la contingencia sanitaria que vivimos. Primera entrega de dos, con consejos prácticos.
Este es un momento de la historia en que nos tocó parar. Tuvimos que suspender nuestros planes y rutinas, y quedarnos en casa hasta que llegue el momento en que las podamos retomar.
La contingencia por coronavirus nos recuerda la importancia de cultivar el valor de la paciencia en los niños y en nosotros mismos.
Por qué los niños deben aprender a ser pacientes
Según Claudia Patricia Rozo, psicóloga de Preescolar del Colegio La Arboleda de Cali, es importante que los niños aprendan a ser pacientes por dos razones.
- Vivimos en un mundo que nos propone reglas, límites, tiempos, horarios y rutinas. Ganar paciencia nos permite vivir tranquilos como seres sociales.
- La paciencia nos da la habilidad de observarnos a nosotros mismos. Nos permite calmarnos, respirar, ver los detalles y reconocer nuestros errores.
En resumen, un niño que aprende a ser paciente aprende a vivir mejor.
Teniendo en cuenta que el primer laboratorio para que un niño desarrolle la paciencia es la familia, ¿cómo trabajar la paciencia en los niños?
El primer paso: ser ejemplo
En un mundo donde cada vez hay una mayor inclinación hacia la búsqueda de la gratificación instantánea y en el que muchos adultos podemos vernos abrumados por la falta de tiempo, ¿cómo podemos ser ejemplo de paciencia para nuestros hijos?
Nuestra psicóloga de Preescolar, Claudia Rozo, propone tres claves.
Cuida de ti cada día
Identificar tu estado emocional y buscar tu propia tranquilidad son fundamentales para acompañar el aprendizaje de tu hijo.
El autoconocimiento se puede fortalecer a través de la meditación. Hacer ejercicio, orar y escuchar la música que te gusta son formas de conectarte contigo mismo, sentirte tranquilo y ser ejemplo para los niños.
“En lugar de estresarte cuando vas en el carro y hay mucho tráfico, podrías poner música relajante o cantar tus canciones preferidas”, propone Claire Lerner, licenciada en trabajo social clínico y especialista en desarrollo infantil de la ONG Zero to Three.
Acepta tu ritmo y el de los demás
Desde que nace, cada ser humano construye un criterio y un ritmo propio.
Es posible que tu ritmo de vida sea más acelerado que el de tu hijo. Un buen ejercicio para ser ejemplo de paciencia es no presionarlo en sus actividades diarias.
Si tu hijo acaba de recibir una tarea del colegio, no debe realizarla ya. Si tarda varias horas en terminarla o prefiere avanzar por partes, no te angusties: está construyendo su propio ritmo.
Leer: ¿Qué es el mindfulness para niños?
Cumple tus promesas
Cuando le digas a tu hijo que lo dejarás ver su programa favorito en cuanto termine el almuerzo, o que lo acompañarás al parque mañana, cumple.
Hacer convenios y cumplirlos es fundamental para que los niños comprendan el valor de esperar y de aceptar límites. Si no cumples lo que prometes, tu hijo puede entender que ser paciente no vale la pena.
Es importante que sepas que aprender la paciencia, y cualquier aprendizaje en general, no depende de la edad. Según la psicóloga infantil Claudia Rozo, “Un niño avanza en el desarrollo de la paciencia de acuerdo con las experiencias que va viviendo”.
¿Necesitas más consejos y sus aplicaciones prácticas? No te pierdas la segunda entrega: Tips para que los niños aprendan a ser pacientes.
Descubre en el colegio La Arboleda un espacio donde tu hijo aprende las habilidades para ser feliz y triunfar en el siglo XXI.
(1) https://www.researchgate.net/publication/254336846_An_examination_of_patience_and_well-being
